FILOSOFIA DE LA EDUCACION FISICA
Nos desvinculamos de cualquier ideología y partimos de los valores
humanos de autonomía y libertad, y de un principio de auto-exigencia
profesional: enseñar a los estudiantes algo que les pueda servir para su
vida.
El movimiento humano es la mayor fuente de auto-conocimiento en nuestra
actividad formativa. Conociéndonos a nosotros mismos podemos conocer a
los demás, desarrollarnos con ellos y, así, ser más felices. Hay que
optimizar a la persona en su propio conocimiento, sus necesidades de
esfuerzo particular y su conocimiento de sus posibilidades. La educación
integral se consigue cuando el individuo es capaz de ser consciente en
situación de movimiento de cómo es él mismo y cómo son los demás. En
efecto, lo que nos optimiza y nos hace seres humanos es la capacidad de
movimiento inteligente, y el proceso que compromete al ser humano para
lograr algo es educación. Esto es ofrecerle algo a la persona que le
sirva para su vida como ser humano.
Los seres vivos tenemos dos maneras de comunicarnos: a través del
lenguaje y a través de la motricidad. La comunicación y la
experimentación del propio cuerpo a través del movimiento sólo se
adquiere con la práctica de actividad física.
La motricidad es el primer valor de mi propia persona, ya que a partir
del movimiento desarrollamos las potencialidades del ser humano. La
principal justificación de la práctica de la Educación Física -
Educación Motriz es que es la única materia que de forma específica
ayuda al ser humano a comprenderse mejor (capacidades para auto-exigirse
sin trampas, sin engaños,...). El movimiento es la actividad mejor
dotada para ayudar al estudiante a desarrollar su personalidad como ser
humano, por que es capaz de implicar a todas las capacidades de la
persona inteligente.
Configurar la personalidad del individuo significa incitar, crear y
facilitar formas de actuación-comportamiento que permitan utilizar de
forma diferenciada y significativa todas las capacidades mentales,
cognitivas, coordinativas, condicionales, afectivo-sociales,
emotivo-volitivas, expresivo-creativas y bio-energéticas que puedan
conformar las muchas formas de actuación individual, en situaciones
didácticas que permitan una auto-reflexión y un auto-conocimiento. Para
ello, las experiencias motrices propuestas han de permitir la reflexión
individual, para crear una propia visión de aquella experiencia, para
que el individuo conozca, evalúe y sea consciente de la
auto-estructuración de su persona.
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