sábado, 9 de marzo de 2013

Salud principios Psicopedagógicos del trabajo motriz


SALUD

Metabolismo de los carbohidratos y ejercicio físico

Las fuentes de combustibles para el músculo en fase de trabajo proceden de los depósitos de los tejidos y de los circulantes carbohidratos, grasas, y aminoácidos. Además, la ingestión de nutrientes energéticos tales como glucosa, polímeros de glucosa, fructosa, grasa y ciertos aminoácidos pueden ser importantes fuentes de energía para soportar los episodios de ejercido físico asi como la correspondiente preparación de la fase de recuperación de dichos brotes. La cantidad total de carbohidratos del cuerpo humano se encuentra alrededor de unos 500 g o sea, unas 2000 kcal.

El catabolismo de los depósitos de glucógeno hepático,y la subsecuente liberación de glucosa en la circulación, es el principal mecanismo homeostático para mantener las cifras normales de glucosa. Durante el ejercicicio, este mecanismo soporta la actividad muscular manteniendo la glucosa circulatoria. Además de la glicogenolisis, los hepatocitos producen tambien glucosa a partir de sustratos tales como lactato, glicerol, alanina y otros aminoácidos. Los depósitos hepáticos de glucógeno son también una fuente de glucosa para las células musculares en las que se almacenan. De hecho, esta fuente de energía es extremadamente importante durante el entrenamiento y la competición, especialmente si aumenta la intensidad de los epidosios de actividad física. Puesto que las células musculares no producen glucosa-6-fostatasa, la meta final del glucógeno derivado de glucosa-6-fosfato es la de entrar en el proceso de glicolisis en el interior de la célula.

El estado de los depósitos de glucógeno muscular, al comenzar una actividad física o competición, es uno los factores que mayor influencia tienen sobre el resultado. Se admite que una comida que contenga carbohidratos realizada antes de un ejercicio, es beneficiosa si maximaliza dichos depósitos. Pero además, el momento en que se realiza dicha comida es básico. Una comida rica en carbohidratos, consumida entre 2,5 a 5 horas antes de la competición hará que aumenten los depósitos de glucógeno. Grandes comidas o aquellas que contienen gran cantidad de grasa deben consumirse unas 4 horas antes de la competición. Estas recomendaciones están basadas en los efectos que tienen los diferentes tipos de comidas sobre el ritmo de evacuación en el estómago y el de absorción intestinal. Comidas más pequeñas, consistentes principalmente en carbohidratos, puede consumirse cercanas a la competición.

Metabolismo de los triglicéridos y de los ácidos grasos y ejercicio físico

Los depósitos de triglicéridos de los adipocitos proporcionan ácidos grasos libres (AGL) asi como glicerol, compuestos que son utilizados durante la actividad física. En los adipocitos, la lipasa sensible a hormonas hidroliza las uniones éster existentes entre el glicerol y los ácidos grasos de los triglicéridos. Esta enzima lipasa, se activa estimulada por hormonas catabólicas tales como epinefrina, glucagón y cortisol. Los AGL liberados de los adipocitos circulan en sangre hasta llegar al músculo unidos a albúmina y el glicerol, tras su paso por la sangre llega al hígado, en donde puede utilizarse en el proceso de gluconeogénesis.

La mayor parte de los triglicéridos del cuerpo humano se almacenan en los adipocitos, mientras que una pequeña cantidad de la grasa se encuentra en el tejido muscular. Sin embargo, los triglicéridos del músculo esquelético son importantes contribuyentes energéticos para dicho tejido, especialmente durante el ejercicio físico.

Independientemente de su fuente, los AGL deben activarse dentro de las células musculares antes de su oxidación para liberar energía. Acil CoA se forma, en el citosol, a partir de los ácidos grasos de cadena larga, mientras que los ácidos grasos de cadena corta se activan en la mitocondria. Una vez en el matriz de la mitocondria, los ácidos grasos experimentan una beta-oxidación, produciendo NADH y FADH2, que transfieren electrones a la cadena de transporte para generar ATP. Además, el producto final de la mayor parte de la oxidación de los ácidos grasos, acetil CoA, pasa al ciclo de Krebs. Por tanto, es grande la energía potencial de la oxidación de los ácidos grasos. Por ejemplo, la oxidación del palmitato proporciona 129 molécilas de ATP.

El entrenamiento mantenido aumenta la potencial oxidación de los ácidos grasos de la fibras entrenadas. Los principales factores que se incluyen en esta adaptación son el aumento en el número y tamaño de las mitocondrias junto con el incremento de la actividad de beta-OH-acil CoA dehidrogenasa, principal enzima de la beta-oxidación, asi como de enzimas que participan en el ciclo de Krebs. También, el aumento de la capilarización favorece el aumento de oxígeno y de nutrientes. Importa señalar la diferencia existente entre las fibras ST y las FT, también como resultado del entrenamiento. Puede producirse un contenido de triglicéridos 5 veces más en las fibras ST que en las FT.

Metabolismo de las proteínas y de los aminoácidos y ejercicio físico

Los aminoácidos derivados de la proteína muscular esquelética son una fuente potencial de energía durante el ejercicio flisico. Un hombre de 70 kg de peso contiene un 40% de músculo esquelético lo que significa 12.000 a 13.000 g de proteína corporal. Sin embargo, no más del 3-4% de dicha proteína se incorpora al proceso metabólico, lo que limita la disponibilidad de aminoácidos. Sin embargo, en relación con los hepatocitos, las células musculares esqueléticas muestran una mayor capacidad para metabolizar los aminoácidos de cadena ramificada, via alfa-ceto ácido-dehidrogenasa. El músculo esquelético es también capaz de sintetizar glutamina via glutamina sintetasa.

Durante una corta duración de un ejercicio de máxima intensidad la contribución de la proteína muscular a la producción de ATP es escasa. Sin embargo aumenta si el ejercicio es prolongado o repetido, debido principalmente al incremento del cortisol circulante.

Vitaminas, minerales y ejercicio físico

No se conoce bien la relación entre vitaminas, minerales y ejercicio físico, aunque es bien sabido que tanto las vitaminas como los minerales participan en el metabolismo energético tanto durante el ejercicio físico como en el proceso de su recuperación y adaptación. Tambíen estos nutrientes intervienen en el metabolismo de las proteínas y del tejido concetivo, función neurológica, producción eritrocitaria y funciones inmunes y antioxidantes. Por tanto, la alteración de una o más vitaminas y/o minerales puede afectar de forma importante la actuación. Es de suponer que los entrenamientos continuados requieran aportes diarios de dichos nutrientes

Agua y ejercicio físico

El volumen plasmático tiende a disminuir durante la realización de una serie de ejercicios físicos, como consecuencia del aumento del sudor, asi como de la redistribución que realiza el agua al pasar del compartimento vascular a los espacios intersticiales. Proceso que se incrementa en dependencia de la intensidad del ejercicio físico, la duración, la temperatura ambiental y la humedad. El intercambio entre los espacios intersticiales se lleva a cabo en los primeros minutos en los que se realiza la acitividad física y se interpreta como resultado del aumento de la presión arterial, de la presión hidrostática en los capilares y del aumento de presión oncótica. La hipohidratación del plasma o la hipovolemia puede significar importantes reducciones en la actuación atlética.

Prácticas nutricionales para aumentar la performance física

Los atletas continuamente buscan los medios con los que pretenden que aumente su trabajo físico. La mayoría de las prácticas que realizan no tiene un sustrato científico que las avale y son dudosos su resultados. La prácticas ergo génicas más habituales son: sobrecarga de glucógeno, sobrecarga de bicarbonato, ingestión de cafeína y suplementarían de nutrientes.

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